
Me ves tan melancólicamente mientras hacemos el amor; siento que ya no eres el mismo que toqué años atrás.
Te vas a trabajar y me dejas sola, conmigo y con mis sentimientos olvidados. Con mi ira y frustraciones que no me dejan vivir. Recuerdo la primera vez que me tocaste, estaba en ropa interior y me abrazaste tan dulcemente; nunca olvidaré ese día.
¿Y ahora ves esto? Ya no puedo verlo, ni sentir, ni tocar, ni saborear el amor que tanto nos teníamos.
Salí a la calle y me senté en una banquita para despejar un poco mis ideas, entonces creí verte, me pasaste un cigarro y me preguntaste: ¿Lo fuma conmigo o con su soledad? Me sentí tan patética imaginando que tú me pasabas ese cigarrillo… y peor aún que mi soledad me acompañó a danzar en el humo.
Cuando llegué de nuevo a la casa, tú me esperabas con la mirada triste y me dijiste al oído: Últimamente siento la cama fría y vacía, ¿empezamos de nuevo como aquél verano que te conocí bailando jazz en la puerta de tu casa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario